Un poema para desear un feliz año nuevo

2023/2024

Arte poético Jorge Luis Borges El hacedor, 1960

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

 

2022/2023

Resoluciones para el nuevo año como doce uvas AA.VV. XXI aC – 2022 dC

  • Amar, a veces más intensamente
  • Basar el diálogo en la escucha, interviniendo de vez en cuando
  • Cambiar, Lograr, Potenciar, Compartir, descansar
  • Dar visibilidad y un poco de sombra
  • Ser exacto y múltiple
  • Hacerlo con coraje y miedo
  • Invertir en capital humano con una pizca de escepticismo
  • Leer con ligereza bien ponderada
  • Comer menos cuando sea necesario
  • No dudar en mantenerse en forma con pereza
  • Usar rapidez o lentitud, o quizá ambas cosas
  • Preparar una lista coherente de buenas intenciones

 

2021/2022

Que Circe nos permita reanudar el viaje, como hizo con Odiseo

Pero ante todo habéis de emprender otro viaje La Odisea​ de Homero. Traducción de Luis Segalá y Estalella 1910

Allí nos quedamos día tras día un año entero y siempre tuvimos en los banquetes carne en abundancia y dulce vino. Mas cuando se acabó el año y volvieron á sucederse las estaciones, después de transcurrir los meses y de pasar muchos días, llamáronme los fieles compañeros y me hablaron de este modo:

¡Ilustre! Acuérdate ya de la patria tierra, si el destino ha decretado que te salves y llegues á tu casa, de alta techumbre, y á la patria tierra.

Así dijeron y mi ánimo generoso se dejó persuadir.

…Cuando el sol se puso y sobrevino la noche, acostáronse los compañeros en las obscuras salas. Mas yo subí á la magnífica cama de Circe y empecé á suplicar á la deidad, que oyó mi voz y á la cual abracé las rodillas. Y, hablándole, estas aladas palabras le decía:

¡Oh Circe! Cúmpleme tu promesa de mandarme á mi casa. Ya mi ánimo me incita á partir y también el de los compañeros, quienes aquejan mi corazón, rodeándome llorosos, cuando tú estás lejos.

Así le hablé. Y la divina entre las diosas contestóme acto seguido:

¡Laertíada, de jovial linaje! ¡Ulises, fecundo en recursos! No os quedéis por más tiempo en esta casa, mal de vuestro grado. Pero ante todo habéis de emprender otro viaje.

 

​2020/2021

Termina un año muy diferente y lleno de retos. Quizá, más que un poema, una prosa sea adecuada para nuestro tiempo (below the English version).

Dialogo entre un vendedor de almanaques y un transeúnte Giacomo Leopardi, Opúsculos morales, 1832

Vendedor. ¡Almanaques, almanaques, almanaques nuevos! ¡Calendarios nuevos! ¿Un almanaque, señor?

Transeúnte. ¿Son para el año nuevo?

Vendedor. Sí, señor.

Transeúnte. ¿Crees que tendremos un año nuevo feliz?

Vendedor. Sí, caballero, sí, por supuesto.

Transeúnte. ¿Como el año que acaba de pasar?

Vendedor. Más, más todavía.

Transeúnte. ¿Como el anterior?

Vendedor. Más todavía, caballero.

Transeúnte. ¿Como cuál, entonces? ¿No te gustaría que el año nuevo fuera como alguno de estos últimos años?

Vendedor. No, señor, eso no me gustaría.

Transeúnte. … La vida bella no es la que se conoce, sino la que no se conoce. No es la vida pasada, sino la futura. Con el año nuevo, el azar nos tratará bien a los dos, y a todos, y comenzará la vida feliz. ¿No es cierto?

Vendedor. Espero que sí.

Transeúnte. Entonces, muéstrame el almanaque más bonito que tengas.

Vendedor. Tome, caballero. Son treinta centavos.

Transeúnte. Aquí los tienes.

Vendedor. Gracias, caballero, hasta pronto. ¡Almanaques, almanaques nuevos! ¡Calendarios nuevos!

 

2019/2020

Epifanía  Mario Luzi de “Honor de la verdad”, 1957 [trad.propria]

Noche, noche de ansiedad y vértigo
cuando en el viento corrientes interestelares,
acre, tiempo finito desgrana los gérmenes
de lo nuevo, de lo intacto, y para ti que andas
persona semiviva entre dos remolinos
entre pasado y futuro alcanza al corazón
la flecha del año… y de repente
la llama de la vida titubea en la mente.

Quien empuja mulas por la montaña
entre astillas de piedra y pilas
se turba por una emoción que siente,
una emoción de muerte y de esperanza.

En una noche como esta,
en una noche como esta el alma,
mi fiel compañera desapercibida
en las horas medias
en los días grises del interior de los años,

levantó y olisqueó la noche tumida
de semillas que morían, de granos
que estallaban, vio asombrada
los fuegos en la distancia de los vivaques
más vívido que las estrellas. Dijo: es la hora.

Nos ponemos en camino a paso rápido,
en el camino nos unimos a personas extrañas.